Estar saturado, molesto, estresado o en un estado de postración producto de alguien o algo que molesta continuamente.
Se suele decir también “me la tienes pelada” aludiendo a una molestia continua capaz de erosionar la delicada piel de los genitales, en sentido figurado.
Se suele decir también tener el gorro lleno de guisazos, aludiendo a lo molesto que resultaría llenar algo en la cabeza, una gorra o sombrero llena de cardos o guizasos que pinchan constantemente.
Me tienes hasta la coronilla con esa cantaleta de que tengo otra mujer. Este niño me tiene hasta la coronilla con su patineta dentro de la casa.
Otros significados de "Hasta la coronilla"
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